Hagan la prueba: averigüen, en cualquier página para organizar viajes en línea, cuánto vale el vuelo al lugar de sus sueños. Luego naveguen en internet como si nada hubiera pasado. Probablemente van a ser perseguidos por avisos de vuelos, hoteles, aerolíneas y negocios por el estilo.
Esta práctica de avisos personalizados funciona gracias que algunos servicios de publicidad, como Google o Facebook, instalan cookies en el navegador de los usuarios, los cuales registran su actividad y envían información que permite personalizar la publicidad que estas empresas manejan. En un post en su blog oficial, Twitter anunció que comenzará a hacer lo mismo en Estados Unidos.“Los usuarios no verán más avisos en Twitter, pero sí verán mejores avisos“, dice el servicio de los 140 caracteres. Además, para los anunciantes, esta es una herramienta para dirigir mejor su inversión en publicidad, pues se asume que quienes están interesados en ciertos temas son más proclives a comprar. Por ejemplo: quienes buscan tarifas de viaje constantemente es porque, posiblemente, están próximos a organizar uno.
Pero la moneda de cambio de todo esto es la privacidad de los tuiteros. Twitter asegura que obtiene la menor cantidad posible de información de los usuarios, que respetará a quienes tenga la opción de Do Not Track activada en sus navegadores y que facilitará que los usuarios se den de baja para esa opción, si gustan.
Para ello, en el menú Configuración –se despliega tras hacer clic en el botón de Opciones, en la esquina superior derecha–, se debe quitar la selección de la opción ‘Personalizar Twitter con base en mis visitas recientes a sitios web’. En la imagen a la izquierda lo pueden ver.
Como los usuarios de internet ya deberían saber, nada es gratis en la vida. Cuando usamos los servicios sin pagar dinero, normalmente se nos cobra de otras maneras: publicidad, privacidad, encuestas o todas las anteriores. El que la mayoría de negocios de la red –incluido ENTER.CO– funcionen de esa manera muestra que es un modelo de negocio exitoso, o al menos, preferible sobre otros: a nadie le gustan los ‘paywalls’, y la piratería crea otros riesgos para los usuarios y pasa por encima del trabajo de los creadores.
Lo que hay que evaluar son dos cosas: si los usuarios saben qué están pagando cuando no les están cobrando, y si los servicios son transparentes con respecto a la forma en la que usan esos datos. En este caso, parece que Twitter ha hecho un esfuerzo por hacerlo bien. Lástima que no podamos decir lo mismo de otros grandes nombres de la red.